Hace unos días, camino a la Estación de Canfranc, hicimos una parada en Alquézar, un bonito pueblo situado en el pre Pirineo de Huesca, dentro del Parque Natural de la Sierra de Cañones de Guara, que aun en nuestros días conserva su encanto medieval.
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No se puede circular en coche, pero hay aparcamiento gratuito desde donde ya se puede apreciar una magnífica vista.
Podríamos decir que es un pueblecito de postal, muy bien conservado, muy limpito, gran oferta de restaurantes con sus terracitas, tienen hasta su propio dulce artesano e incluso aparcamiento para autobuses. Así que os aconsejo ir prontito para evitar la masificación y disfrutar de sus bonitos rincones más tranquilamente.
Es agradable pasear por sus adoquinadas calles, sinuosas y estrechas y en las que algún incauto, decidió entrar con el coche y terminó sufriendo de lo lindo para poder salir de tal embrollo. Pobrete como sudaba…
Alquézar debe su nombre al antiguo castillo que junto con la Colegiata de Santa María la Mayor y su claustro de capiteles románicos, sirven de identidad de este municipio declarado Monumento Histórico-Artístico por la UNESCO en 1982.
En el corazón del pueblo encontramos la Plaza Mayor, una bonita plaza porticada.
E impresionantes son las vistas que podemos contemplar desde los distintos miradores que hay. Si tenemos suerte algún halcón o buitre podremos ver planeando.
Y ya que estábamos no podíamos resistirnos a probar los “Dobladillos de Alquézar” un dulce típico con almendras, canela, miel y anís. Brutal!!! No os lo perdáis si tenéis la oportunidad 😉
Así que nada, un bonito lugar que visitar si os gustan los pueblos medievales, perderos por sus calles e impregnaros de su historia. Ni Wall-E se lo quiso perder 
